Dietética del niño prescolar
Anatomía y fisiología
A estas edades, se puede distinguir que la corteza cerebral del niño puede desarrollarse. Además, las costillas comienzan a cambiar su forma de transversal a oblicua, su respiración comienza con la caja torácica y ya no hay tensión en el abdomen.
Desarrollo físico:
Aumentar su habilidad para correr, saltar, hacer los primeros lanzamientos y patear. Atrapar una pelota que rebota. Pedalear un triciclo (a los 3 años); ser capaz de manejarlo bien a los 4 años. Saltar en un pie (alrededor de los 4 años) y posteriormente hacer equilibrio sobre un solo pie durante hasta 5 segundos.
Desarrollo emocional:
se centra especialmente en la capacidad, cada vez mayor, de expresar las emociones y en la comprensión y el control de dichas emociones. Desde muy pequeños, los bebés experimentan y expresan distintas emociones.
Desarrollo cognitivo:
Permite que los niños en edad preescolar, de 3 a 4 años de edad, desarrollen sus propias preguntas sobre el mundo que les rodea y cómo funciona. Los niños en edad preescolar aprenden jugando
Requerimientos nutricionales:
Hidratos de carbono y fibra: Deben constituir el 50-60% del total de energía. De ellos, el 90% serán hidratos de carbono complejos (cereales, legumbres, arroz, frutas) y el 10% en forma de azúcares simples. Evitar zumos y batidos envasados, cereales azucarados y bollería industrial. Debe moderarse el consumo de sacarosa, para prevenir caries dental, hiperlipemia y obesidad. La fibra dietética es de gran importancia para el funcionamiento del tubo digestivo, pero también para regular los niveles de glucemia y reducir la absorción del colesterol de la dieta.
Proteínas: Papel principal en el crecimiento y en el mantenimiento de la estructura corporal. Una dieta equilibrada debe incluir del 10 al 15% de proteínas de alto valor biológico (1-1,2 g/kg/día) con un 65% de origen animal (carne, pescado, leche, huevos y derivados lácteos) y el resto de origen vegetal. Se ha sugerido que una ingesta excesiva de proteínas puede causar una excesiva movilización del calcio de los huesos con efectos desfavorables para su mineralización.
Grasas: fuente importantísima de energía, soporte para el transporte de vitaminas liposolubles y proveedor de ácidos grasos esenciales. Las recomendaciones de la ingesta de lípidos en las fases precoces de la vida están cada vez menos restringidas, dado que se ha observado que dietas bajas en grasas pueden aumentar el riesgo de obesidad, no así en la edad adolescente, donde una ingesta alta sí produce obesidad.
Riesgos:
Esta situación puede perjudicar su desarrollo cerebral, interferir con su aprendizaje, debilitar su sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infección y, en muchos casos, de muerte.
Comentarios
Publicar un comentario