Dietética de la vida adulta

La edad adulta es un largo período de unos 25 años (40 a 65 años), lo que significa que hay una gran variación en las características individuales. Además, los hábitos previos de cada individuo, para bien o para mal, están en su salud y bienestar. El consumo tanto de dieta como de tabaco, alcohol o ejercicio regular determina las condiciones físicas y psíquicas a las que se enfrenta esta etapa de la vida.

Necesidades de calorías y nutrientes en adultos

En cuanto a la ingesta de energía, las cifras de 1.800 kcal a 2.500 kcal/día cubren la mayor parte de las necesidades de esta población.

Para la proteína, se mantienen las recomendaciones de 0,8-1 g de proteína/kg de peso corporal/día como en el período anterior. El resto de la energía total debe ser aportada por los hidratos de carbono, preferiblemente sustancias complejas, que contengan cantidades limitadas de monosacáridos y grasas, imprescindibles para una dieta equilibrada.

Desarrollo físico: 

Hasta alrededor de los 50 años, esta disminución es apenas perceptible a medida que disminuye la capacidad física. Los jóvenes aprovechan al máximo sus capacidades físicas. Veinticinco años después, estaba completamente desarrollado.

Habrá una pérdida gradual del 10%. En general, el máximo crecimiento muscular se logra entre los 30 y los 60 años. 25-30 años de desarrollo físico La mayoría de las debilidades ocurren en los músculos de la espalda y las piernas, pero no tanto en los brazos.

Desarrollo emocional: 

Ellos experimentan más sobre el dolor crónico que afecta todos los aspectos de un participante al experimentar una variedad de emociones y emociones, que incluyen dolor, tristeza, miedo, estrés, impotencia, desesperación y aislamiento. Revela una nueva perspectiva para la comprensión.

Esta mezcla emocional presenta fatiga física y mental en los adultos mayores, consume energía y provoca que se experimenten emociones negativas. Esto exacerba los síntomas, los exacerba y afecta otras funciones físicas normales. Está claro que los cambios de humor repentinos conducen a síntomas más severos o una tendencia a más dolor en comparación con lo que se describe. Esto dificulta que algunas personas mayores con dolor crónico reconozcan e informen sus sentimientos por miedo al rechazo.

Desarrollo cognitivo:

 Las personas sanas tienden a mejorar sus habilidades para hablar y razonar, así como su capacidad para organizar y procesar información visualmente. Mejora el pensamiento, la comprensión y la información, pero reduce las habilidades motoras del niño (respuesta lenta).

Requerimientos nutricionales: 

Para los adultos, la necesidad de nutrientes ayuda a mantener el peso y previene la pérdida de nutrientes. La falta de algunos nutrientes puede provocar signos clínicos de disminución de la capacidad para desarrollar ciertas funciones del tejido y, en última instancia, poner en peligro la calidad de vida. Por lo tanto, la ingesta de nutrientes debe exceder el mínimo requerido para lograr un estado mental, físico y social óptimo. 

Recomendaciones generales: 

Dado que los patrones de consumo varían de un grupo a otro, las recomendaciones nutricionales deben expresarse en términos de ingesta de energía y nutrientes, no de grupos de alimentos. Para evitar los riesgos que pueden estar asociados con los atracones, la ingesta nutricional recomendada a menudo supera las necesidades nutricionales de la mayoría de las personas. Es importante enfatizar que las recomendaciones nutricionales son específicas para grupos saludables únicamente. Por lo tanto, las personas con condiciones médicas, cambios metabólicos, infecciones o enfermedades crónicas deben seguir una dieta específica adaptada a sus necesidades.

No olvide renovar sus vacunas. Considere vacunarse contra la gripe todos los años y vacunarse contra el tétanos y la tos ferina cada 10 años a partir de los 19 años. La vacunación contra la varicela, el virus del papiloma humano y la neumonía también puede ser importante. Considere vacunarse contra la gripe todos los años y vacunarse contra el tétanos y la tos ferina cada 10 años a partir de los 19 años. La vacunación contra la varicela, el virus del papiloma humano y la neumonía también puede ser importante.

Riesgos del adulto:

 Es posible observar algunas alteraciones tales como: aumento de problemas cardiovasculares, aumento en el colesterol y un aumento de presión sanguínea, alteraciones degenerativas en mujeres: cáncer de mamas y en el hombre el cáncer pulmonar.